Creo en la magia del primer día del año. Me gusta respirar el mismo aire de siempre, pero sentirlo distinto.
El mundo sigue igual, sin embargo, la luz bajo cual lo miro cambia y lo transmuta. Me entusiasma ver el futuro a los ojos, no tener miedo. Saber que esto es un vaivén, que todo empieza, todo acaba, todo nos suelta y nos deja seguir.
Adoro la idea de recomenzar,
de engavetar el pasado y dejar que se lo coman las polillas.