Continuaré escribiendo a pesar de que mis palabras sean débiles, aunque mueran en el intento de tocarte, aun si sus vagos significados no alcancen a perpetuar el alma de todas las cosas. Mientras tanto seguiré sembrando mi impaciencia para cultivar el arte de mantener la calma. Trataré de ir entendiendo, de a poquito, que el tiempo va a pasar al mismo ritmo aunque desesperada por apurarlo empiece a halarlo por los moños.
El invierno dura exactamente lo que dura el invierno, y a la primavera le vale mierda quién se esté muriendo de frío.
De débiles no les veo nada a tus letras, al contrario. Un placer leerte, siempre lo es.
🙂
Dicen que no vemos las cosas como son, las vemos como somos. Aquí el fuerte eres tu, no mis letras. 🙂